Add parallel Print Page Options

Cuando el rey volvió del jardín del palacio a la sala del banquete, Amán estaba inclinado sobre el diván donde Ester estaba recostada. Al ver esto, el rey exclamó:

―¡Y todavía se atreve este a violar a la reina en mi presencia y en mi casa!

Tan pronto como el rey pronunció estas palabras, cubrieron el rostro de Amán. Y Jarboná, uno de los eunucos que atendían al rey, dijo:

―Hay una estaca de veinticinco metros[a] de altura, junto a la casa de Amán. Él mandó colocarla para Mardoqueo, el que intervino en favor del rey.

―¡Colgadlo en ella! —ordenó el rey.

10 De modo que colgaron a Amán en la estaca que él había mandado levantar para Mardoqueo. Con eso se aplacó la furia del rey.

Read full chapter

Footnotes

  1. 7:9 veinticinco metros. Lit. cincuenta codos.